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3 de septiembre de 2014

O MILAGRE DAS ESTATÍSTICAS DILMÍSTICAS



O MILAGRE DAS ESTATÍSTICAS DILMÍSTICAS

Se fosse pela propaganda oficialista do PT e do atual governo, o Brasil seria, nas atuais circunstâncias, o melhor país do mundo: um autêntico paraíso.
Em poucas palavras: o Brasil nunca esteve tão bem quanto agora, pois, segundo a propaganda de Dilma e seu fã clube: tudo é perfeito e, se por ventura, tem alguma desgraça, é por culpa de fatores externos mundiais que tem confabulado contra o exemplo de democracia petista.
Pois é: o que estou dizendo é a verdade!
E para isso estão os números: as famosas estatísticas que desfilam como se fosse carnaval: uma atrás de outra, dia após dia...
Segundo as estatísticas, o paraíso brasileiro foi criado, desenvolvido e importado como exemplo de vida para o mundo todo, graças aos gloriosos anos dourados do século vinte e um sob a batuta do PT.
O único problema para quem parar para pensar um pouquinho mais, é que as estatísticas nos enganam: os números não refletem sempre a realidade. As estatísticas contam o que os chefes querem que contem.
Segundo as estatísticas, graças aos governantes atuais:
·                    Milhares de empregos novos foram criados, como nunca... Todo mundo no Brasil sorri com um ótimo emprego no rosto e um salário digno de juiz federal!
·                    Milhares de médicos novos, importados, caminham pelas ruas brasileiras, curando e espantando os males do mundo.
·                    Milhares de pequenas empresas apareceram nos últimos anos! Todas fazem crescer a economia e a indústria brasileira com cifras que nem o primeiro mundo consegue.
·                    Nunca foram construídas tantas universidades e escolas no país e, por tanto, todo brasileiro agora é exemplo de educação de qualidade altíssima.
·                    E finalmente, já não há pobreza, fome, miséria nem corrupção! Todos os delinquentes de colarinho branco estão na prisão, se apodrecendo e pagando tudo o que devem para a sociedade.
Ops!
Acho que exagerei alguma coisa por aí!
Acontece que estou entusiasmado com as estatísticas, com os números milagrosos que fazem do atual Brasil o modelo de vida social, econômico e político do mundo.
Desculpem: esqueci um detalhe importante: já não há censura nenhuma no Brasil: todos podemos nos expressar sem temor de perder as nossas liberdades.
E tudo isso graças as santas e sagradas estatísticas do atual governo comandado por Dilma.
Nesta história, só há um problema.
Apenas um. Unzinho!
As estatísticas nem sempre contam a realidade!
É por isso que, ainda que Dilma e seus admiradores façam tanta propaganda pelo paraíso tropical no qual parece que estamos vivendo,
·                    A energia está cada dia mais cara,
·                    A inflação está nos esfaqueando,
·                    O crescimento econômico do país já não passa de uma fantasia de carnaval,
·                    Os hospitais púbicos estão cada vez mais sucateados,
·                    Grandes corporações, como a Petrobras, foram estupradas e perderam a liderança mundial,
·                    Os impostos, cada vez mais altos, sustentam os salários astronômicos dos políticos, juízes e outros favorecidos com os privilégios que a lei outorga só para eles,
·                    Os políticos corruptos continuam se fortalecendo no poder,
·                    A brutalidade da polícia não deixa de nos impressionar,
·                    O índice de violência cobra mais vidas todos os dias...
As estatísticas do Lula, da Dilma e do PT não contam essa realidade; essas querem nos fazer acreditar que o Brasil:
·                    Não tem atualmente uma economia fraca,
·                    Não tem atualmente uma democracia fraca,
·                    Não tem atualmente uma cidadania fragilizada,
·                    Não há contas sigilosas e segredos de estado que em uma verdadeira democracia não poderia haver.
Por tanto, devemos lembrar que o Brasil não pode se dar o luxo de:
1)                 Continuar com uma democracia ameaçada pela incompetência dos últimos anos,
2)                 Continuar com uma sociedade governada com autoritarismo,
3)                 Se transformar em um estado sem liberdade.
Não podemos permitir que o Brasil seja engolido pelos que se acham donos absolutos da verdade e que se aliam com ditaduras que empobrecem e embrutecem à população.

7 de agosto de 2014

AUNQUE USTED NO LO CREA, LOS MUTANTES YA ESTÁN AQUÍ Y USTED PUEDE SER UNO DE ELLOS...



AUNQUE USTED NO LO CREA, LOS MUTANTES YA ESTÁN AQUÍ Y USTED PUEDE SER UNO DE ELLOS....

¡Los mutantes ya están entre nosotros!
Y no es una película más de MARVEL...
Son los mutantes de carne y hueso que se mezclan entre la gente e invaden todos los rincones colocando en riesgo el futuro de la humanidad.
¡Los mutantes ya están entre nosotros!, y aunque usan máscaras que les da la apariencia de seres humanos, pensantes, sensibles y profundos, son mutantes peligrosos porque aún no tienen conciencia de que son mutantes: verdaderas aberraciones de los genes humanos.
¡Los mutantes ya están entre nosotros!
Están presentes de manera individual, aislados en las calles, en las paradas de autobuses, en los aviones, en los restaurantes, en las escuelas, como si estuvieran alienados o como si tuvieran poca capacidad encefálica.
Pero también están en grupos, en círculos, o sentados frente a frente, o uno al lado de otro, pero no saben hablar, tienen miedo de mirar a los ojos y no perciben que el mundo gira y que la vida viene y se va.
O tal vez sean mutantes que perdieron la capacidad de comunicarse en ese largo y doloroso proceso de metamorfosis de seres humanos en mutantes.
Porque los mutantes antes eran personas.
Por eso, hay que tener cuidado: cualquiera de ustedes puede transformarse en un mutante más rápido de lo que uno se imagina; más rápido de lo que me demoro en escribir estas líneas.
Porque el virus de los mutantes pedantis burritus se propaga a una velocidad increíble y no respeta edad, sexo, religión, color y nacionalidad.
A veces los mutante sonríen y balbucean algunas palabras, pero en la mayoría de los casos de comportan como verdaderos mutantes.
Es más, si uno le dice a un mutante que él es mutante, se ofende y se defiende con uñas y carne porque tiene la convicción total de que él, justamente él, no es ni nunca podrá ser mutante; al contrario, piensa que los pocos sobrevivientes al holocausto provocado por los mutantes son los que tienen problemas serios.
Es que los mutantes se han vuelto arrogantes, engreídos y han desarrollado la terrible habilidad de consumir apple y samsung con un hambre voraz. Y cada vez que lo hacen, los genes de estos mutantes se vuelven resistentes a cualquier vacuna que intenta curar esta verdadera plaga que azota a la humanidad, des-gra-cia-da-mente.
Hay una variedad sin fin de mutantes, pero son dos las que más se destacan y ponen en peligro la vida de los terrícolas.
El primer tipo de mutante es aquel que desarrolló en las extremidades, principalmente en las manos, una membrana compuesta de sustancias pegajosas que les obliga a caminar las 24 horas al día con la mano extendida y con un teléfono celular. De preferencia, uno ultra súper moderno. Y es una tarea ardua, y casi imposible, el convencerlos de que lo suelten.  Esa mucosa no permite que los mutantes tengan libertad de movimientos. Es una membrana pegajosa y de alta peligrosidad que influye en el sistema central psíco-emocional-muscular de los mutantes, a tal punto que ellos creen, con una convicción total, que si se desprenden de su aparato, morirán, solos, abandonados, fracasados, derrotados...
Pobres mutantes contaminados por el virus del síndrome mutantis pedantis burritis ignorantus.
Se sabe que hay cura para este tipo de mutante, pero ni las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales hacen hincapié en resolver el problema, pues parece que en algún del planeta tierra, hay un grupo que se enriquece cada vez que un consumidor incauto se transforma en un nuevo mutante, pues a cada mutante novato, más mutantes vendrán.
El otro tipo de mutante es aquel que ha desarrollado una alteración de su ADN que le obliga a caminar con la cabeza agachada, los ojos al suelo y siente el impulso frenético de estar todo el día con los audífonos en el oído. Se sabe que este tipo de mutante es uno de los más peligrosos que hay porque ha perdido la capacidad de sobrevivir en sociedad con sus propios pensamientos. Este nuevo mutante prácticamente no sabe lo que es tener pensamientos propios y si mira, de casualidad, a un ser humano, se queda congelado, como si no tuviera vida. Este mutante ha sido creado en laboratorio y se multiplica como una plaga infernal.
Muchos creen que los mutantes no son peligrosos y que no hay ningún problema de que continúen expandiéndose y creciendo libremente, pues vivimos en un sociedad democrática, que favorece el consumismo y el enriquecimiento lícito; sin embargo, es obvio que cuantos más mutantes se desarrollan en nuestra sociedad, la comunidad se ve amenazada y hay un riesgo de extinción en masa. Y los síntomas ya aparecen: aislamiento social, depresión tecnológica, consumismo desenfrenado, temor a conversar con las personas, amistades virtuales y un vacío existencial.
Pero lo más alarmante de todo es que los mutantes han desarrollado una capacidad de contagio tan grande que los seres que están alrededor de estos, pierden el sentido crítico y el libre albedrío: ellos son manipulados en masa de una manera muy fácil y si usted, al terminar de leer este texto dice “yo no soy un mutante”, está en graves problemas: la negación es el primer síntoma.
Y si esa fue su frase, deténgase y libérese.
Solo usted puede hacerlo porque ni la manzana, ni la pera, ni la banana se van a detener hasta conseguir sus objetivos.

25 de julio de 2014

Da violência à manipulação das massas



DA VIOLÊNCIA À MANIPULAÇÃO DAS MASSAS

Inspirado em um caso da vida real da Copa 2014 – Brasil,

Uma vez que o grande Circo da Copa 2014 – Brasil terminou, podemos refletir com seriedade sobre dois casos muito preocupantes na sociedade contemporânea: a violência e a manipulação das massas.
Sobre a violência, podemos dizer que a cada dia que passa nós vemos uma sociedade que já não reage frente à violência como se deveria esperar do ser humano. Sem solidariedade e sem ações reais para mudá-la. Ao contrário, o que percebemos é que as pessoas, comuns e correntes, se tornaram indiferentes com a violência da vida cotidiana.
É que vivemos em uma sociedade na que os meios de comunicação metem a violência em nosso pão de cada dia e, segundo os seus interesses, manipulam-na de tal forma que agora o mais importante é registrá-la em imagens para compartilhá-las nas redes sociais virtuais no lugar de buscar soluções reais para esse problema crônico de nossa sociedade: a violência e a indiferença.
Na quinta-feira, 3 de julho do presente ano, li em um jornal local da cidade de Foz de Iguaçu – PR (Brasil) um artigo que explicava os dados da informação oficial sobre a violência no Brasil durante o ano de 2012: foram nada mais e nada menos que mais de 110.000 assassinatos  que foram cometidos nesse país, o que significa que no Brasil se cometem mais de 300 assassinatos por dia.
E sem contar os números que não aparecem nas estatísticas oficiais...
300 assassinatos por dia em um país significa que vivemos um estado de epidemia moral e social, principalmente porque a grande maioria de crimes ocorre por causas insignificantes: brigas de bar, discussão entre vizinhos, entre amigos e etc.
Frente a tanta violência, o que faz o Estado para solucionar, de verdade, esse problema?
Frente a tanta violência, o que faz o cidadão comum para exigir que o Estado ofereça uma nação com segurança social?
A primeira impressão é que ninguém se importa já, pois graças à proliferação de imagens e de programas sensacionalistas na televisão e reportagens explícitas na imprensa escrita, nos acostumamos à violência como se ela fosse gratuita e, ao vê-la, ela já não nos incomoda: a vemos como meros espectadores.
É um grande reality show!
Uns meses antes, em uma informação de uma ONG, dizia que das 50 cidades mais violentas no mundo, 14 são brasileiras.
Caso unamos esses dados, o mínimo que poderíamos esperar é uma sociedade que se mobiliza para encontrar uma saída; no entanto, da primeira notícia, não vi nem escutei nenhum comentário, a não ser o artigo do jornal; e da segunda, as típicas frases conhecidas de “indignação” nas redes sociais virtuais.
E o realmente interessante é que nesse mesmo dia, quinta-feira 3 de julho de 2014, um viaduto na cidade de Belo Horizonte cai e aplasta, literalmente, a vários veículos e por consequência: morrem alguns e outros tantos saem feridos.
Foi um assassinato a sangue frio graças à incompetência dos responsáveis dessa obra: engenheiros, pedreiros, e os “chefes” políticos que, frente a esse fato, estiveram “lançando” a bola para quem é a culpa: do governo local do PSDB ou o governo federal PT: era mais importante colocar a culpa em alguém do que se preocupar com essa tragédia.
E a população brasileira, em geral, o que fez?
Clicar em “curtir” nas imagens do facebook e “compartilhar” a sua indignação, enquanto a grande maioria dos meios de comunicação não dizia nada sobre o incidente. Por quê? Porque estavam preocupados com a Copa de Futebol 2014 – Brasil e com os milhões de reais que isso significava para eles e as grandes corporações que comandam a sociedade.
Isso era o mais importante!
Mas, claro, ao dia seguinte, sexta-feira 3 de julho, quando uma mera partida de futebol, porque o futebol não é mais do que isso, um jogador brasileiro sai lesionado do campo por uma jogada brusca de um jogador colombiano, todo o  país se paralisou, graças à irresponsabilidade maquiavélica e friamente calculada dos meios de comunicação.
As pessoas começaram a chorar; lamentos eram escutados, insultos racistas, de ódio e de xenofobia contra o jogador colombiano. Foi lançada uma avalanche de indignação e uma campanha midiática por algo que não vale nada: uma simples partida de futebol.
O futebol é um jogo de contato físico e durante os mais de cem anos em que esse esporte foi praticado, houve muitas e muitas histórias de jogadores que saíram lesionados do campo. Mas o que foi feito com o jogador brasileiro foi um circo: um show que significava, com certeza, muito dinheiro para os que comandam o espetáculo futebolístico.
E o povo?
Como a história demonstra, o povo se deixa manipular e a história desse jogador foi transformada em uma bandeira de “patriotismo”, de “luta”, de “vida”, de “morte”, como se fosse o fim do mundo. Como se o futuro do país dependesse desse jogador.
Em todas as páginas dos jornais só se falava da mesma coisa. O “Grande Canal” de televisão brasileira, como sempre o caracterizou, montou um esquema perfeito para divulgar a triste e trágica história do “rapaz maravilha” e, para completar, muitos insistiram dia após dia em que o jogador colombiano fosse punido de maneira dura. Um verdadeiro criminoso!
Era a cruzada brasileira contra o maldito colombiano que acabava de lesionar ao grande herói da república brasileira.
Um circo: tudo não passou de um circo. E, claro, nos meios de comunicação insistia-se nas palavras do jogador lesionado que dizia que por dois centímetros escapou de usar uma cadeira de rodas.
Quanto sensacionalismo!
Enquanto os corpos das vítimas em Belo Horizonte jaziam sob os escombros do viaduto.
Enquanto a cada dia são assassinados mais de 300 brasileiros...
Dramatismo. Um grande melodrama milionário. Porque esse mesmo jogador, como disse depois o jornal Globo em http://globoesporte.globo.com/futebol/futebol-internacional/futebol-espanhol/noticia/2014/07/por-lesao-fifa-tera-que-pagar-salario-de-neymar-partir-de-2-de-agosto.html, vai ganhar R$42.116 reais ou 13.972 euros POR DIA, até que volte ao campo.
R$42.116 reais por dia!
Que vergonha!
E quem vai pagar?  A FIFA: a organização que insiste em ser inocente e que não sabe nada de nada da grande corrupção do futebol mundial...
Pura hipocrisia social!
Brasil. Um dos países onde há mais desigualdade social chorou a lágrima viva, o catarro escorrido, por um jogador de futebol, mas não se importou com a morte e com a tragédia de Belo Horizonte de todos os milhes e milhes de pessoas que morrem assassinadas todos os anos.
Por que nos comportamos dessa maneira?
Porque os meios de comunicação são os responsáveis por inventar e criar esses ídolos de barro, como se tudo não passasse de um espetáculo de Hollywood ou de Broadway, depois de tudo,  quanto dinheiro eles ganham e continuarão ganhando enquanto o país se arrasta?
E agora, qual é a solução?
Não podemos dar como se fosse uma receita, mas o primeiro que devemos fazer é aprender  a pensar por nós mesmos; romper essa dependência química-emocional que temos com a manipulação dos meios de comunicação.
Uma tarefa difícil e ingrata porque é mais fácil ser um a mais de muitos do que ser você mesmo, crítico e construtivo.
É que a escola, indiretamente, continua nos ensinando a nos comportarmos como um a mais da grande massa, mas não tem que ter medo de ser diferente. A pensar diferente. A pensar por nós mesmos. A pensar por um bem em comum! Por uma sociedade, realmente, igualitária.
É um dos grandes desafios para, não só desmascarar essa farsa da manipulação, mas sim tentar construir uma sociedade com seres pensantes e humanos.

23 de julio de 2014

VAMPIROS, TRIÂNGULOS AMOROSOS E OUTROS DESASTRES UNIVERSAIS



VAMPIROS, TRIÂNGULOS AMOROSOS E OUTROS DESASTRES UNIVERSAIS

Que Crepúsculo, de Sthepanhie Mayer, e sua sequência são uma série de livros medíocres, não é necessário comentar aqui.
Tomo o mundo já sabe.
E os que não sabem, já é hora de ficarem inteirado.
Mas hoje não queremos comentar sobre esse livro, mas sim sobre o pesadelo terrífico com o que o mercado internacional de livros está bombardeando-nos há um par de anos.
A maioria de livros que vemos à venda nas livrarias são obras, inspiradas ou não em Crepúsculo, que contam histórias de vampiros, filhos de vampiros, vampiros reprimidos, vegetarianos, diabéticos; fantasmas, lobisomens, espíritos perdidos, sereias assassinas, sereias sedutoras, anjos sagrados e demoníacos.
A outra maioria de livros são obras catastróficas, com o mundo subjugado sob o poder fascista de homens cruéis que se alimentam das desgraças da humanidade que apenas uma jovem, geralmente pequena, doce, ingênua, inocente, pura, casta, meio órfã e quase perfeita, pode salvar.
Parece uma piada, mas é a verdade.
E os jovens adolescentes que antes, às escondidas, consumiam pornografia, hoje consomem como uma droga esses livros que os “psicólogos baratos e medíocres” defendem com os argumentos mais grosseiros como “Pelo menos estão lendo algo”; “É uma forma de se autoencontrar” etc, etc, etc...
Sempre houve e continuará existindo arte medíocre, populista e consumista, depois de tudo, não todas as pessoas nasceram para serem “Cult”, porque se assim fosse, teríamos um mundo entediante, chato, sonolento e insuportável.
Não obstante, o que mais nos chama a atenção desses livros que são vendidos a milhões, é que seus protagonistas devem ter o obrigatório “triângulo amoroso”.
É como si se inventara uma nova lei universal que dissesse mais ou menos assim: “Se não há triângulo amoroso, não há felicidade”; “Se não há triângulo amoroso, você não pode descobrir a si mesmo”.

O alarmante é que os jovens adolescentes de hoje em dia leem esses livros y estão convencendo-se de que os “triângulos amorosos” são normais para todos; esses garotos estão perdendo a oportunidade de descobrir o mundo a partir de suas experiências e estão assimilando o comportamento sensacionalista com o que os editores, os agentes literários e os autores desses “Best-sellers” estão enriquecendo, enquanto esses párvulos começam a confundir emoções e suspiros de amor com triângulo amoroso.
Dizemos um não à censura!
Não podemos censurá-los, nem queimá-los, nem eliminá-los das estantes, pois todos têm o direito de expressar a sua opinião e de escrever qualquer porcaria, como alguém pode chamar assim a estas linhas que eu coloco aqui.
Mas é necessário haver um pouco mais de senso comum, de responsabilidade e de uma orientação no momento de escolher o que se lê.
E o mesmo podemos dizer de Hollywood, que todos os anos adapta para o cinema esses livros melodramáticos e produzem verdadeiras tragédias cinematográficas, boas como antídotos para a insônia e para as contas bancárias dos produtores e péssimas para quem tem bom gosto...Ainda que, o que é o bom gosto?
Não gosto dos vampiros, mas as vampiras me encantam; detesto os lobisomens, mas todas as lobas são fascinantes; odeio os anjos, e não acredito em anjinhas... Mas o que sim não suporto são os triângulos amorosos. Isso já está demasiado conhecido.