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7 de agosto de 2014

AUNQUE USTED NO LO CREA, LOS MUTANTES YA ESTÁN AQUÍ Y USTED PUEDE SER UNO DE ELLOS...



AUNQUE USTED NO LO CREA, LOS MUTANTES YA ESTÁN AQUÍ Y USTED PUEDE SER UNO DE ELLOS....

¡Los mutantes ya están entre nosotros!
Y no es una película más de MARVEL...
Son los mutantes de carne y hueso que se mezclan entre la gente e invaden todos los rincones colocando en riesgo el futuro de la humanidad.
¡Los mutantes ya están entre nosotros!, y aunque usan máscaras que les da la apariencia de seres humanos, pensantes, sensibles y profundos, son mutantes peligrosos porque aún no tienen conciencia de que son mutantes: verdaderas aberraciones de los genes humanos.
¡Los mutantes ya están entre nosotros!
Están presentes de manera individual, aislados en las calles, en las paradas de autobuses, en los aviones, en los restaurantes, en las escuelas, como si estuvieran alienados o como si tuvieran poca capacidad encefálica.
Pero también están en grupos, en círculos, o sentados frente a frente, o uno al lado de otro, pero no saben hablar, tienen miedo de mirar a los ojos y no perciben que el mundo gira y que la vida viene y se va.
O tal vez sean mutantes que perdieron la capacidad de comunicarse en ese largo y doloroso proceso de metamorfosis de seres humanos en mutantes.
Porque los mutantes antes eran personas.
Por eso, hay que tener cuidado: cualquiera de ustedes puede transformarse en un mutante más rápido de lo que uno se imagina; más rápido de lo que me demoro en escribir estas líneas.
Porque el virus de los mutantes pedantis burritus se propaga a una velocidad increíble y no respeta edad, sexo, religión, color y nacionalidad.
A veces los mutante sonríen y balbucean algunas palabras, pero en la mayoría de los casos de comportan como verdaderos mutantes.
Es más, si uno le dice a un mutante que él es mutante, se ofende y se defiende con uñas y carne porque tiene la convicción total de que él, justamente él, no es ni nunca podrá ser mutante; al contrario, piensa que los pocos sobrevivientes al holocausto provocado por los mutantes son los que tienen problemas serios.
Es que los mutantes se han vuelto arrogantes, engreídos y han desarrollado la terrible habilidad de consumir apple y samsung con un hambre voraz. Y cada vez que lo hacen, los genes de estos mutantes se vuelven resistentes a cualquier vacuna que intenta curar esta verdadera plaga que azota a la humanidad, des-gra-cia-da-mente.
Hay una variedad sin fin de mutantes, pero son dos las que más se destacan y ponen en peligro la vida de los terrícolas.
El primer tipo de mutante es aquel que desarrolló en las extremidades, principalmente en las manos, una membrana compuesta de sustancias pegajosas que les obliga a caminar las 24 horas al día con la mano extendida y con un teléfono celular. De preferencia, uno ultra súper moderno. Y es una tarea ardua, y casi imposible, el convencerlos de que lo suelten.  Esa mucosa no permite que los mutantes tengan libertad de movimientos. Es una membrana pegajosa y de alta peligrosidad que influye en el sistema central psíco-emocional-muscular de los mutantes, a tal punto que ellos creen, con una convicción total, que si se desprenden de su aparato, morirán, solos, abandonados, fracasados, derrotados...
Pobres mutantes contaminados por el virus del síndrome mutantis pedantis burritis ignorantus.
Se sabe que hay cura para este tipo de mutante, pero ni las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales hacen hincapié en resolver el problema, pues parece que en algún del planeta tierra, hay un grupo que se enriquece cada vez que un consumidor incauto se transforma en un nuevo mutante, pues a cada mutante novato, más mutantes vendrán.
El otro tipo de mutante es aquel que ha desarrollado una alteración de su ADN que le obliga a caminar con la cabeza agachada, los ojos al suelo y siente el impulso frenético de estar todo el día con los audífonos en el oído. Se sabe que este tipo de mutante es uno de los más peligrosos que hay porque ha perdido la capacidad de sobrevivir en sociedad con sus propios pensamientos. Este nuevo mutante prácticamente no sabe lo que es tener pensamientos propios y si mira, de casualidad, a un ser humano, se queda congelado, como si no tuviera vida. Este mutante ha sido creado en laboratorio y se multiplica como una plaga infernal.
Muchos creen que los mutantes no son peligrosos y que no hay ningún problema de que continúen expandiéndose y creciendo libremente, pues vivimos en un sociedad democrática, que favorece el consumismo y el enriquecimiento lícito; sin embargo, es obvio que cuantos más mutantes se desarrollan en nuestra sociedad, la comunidad se ve amenazada y hay un riesgo de extinción en masa. Y los síntomas ya aparecen: aislamiento social, depresión tecnológica, consumismo desenfrenado, temor a conversar con las personas, amistades virtuales y un vacío existencial.
Pero lo más alarmante de todo es que los mutantes han desarrollado una capacidad de contagio tan grande que los seres que están alrededor de estos, pierden el sentido crítico y el libre albedrío: ellos son manipulados en masa de una manera muy fácil y si usted, al terminar de leer este texto dice “yo no soy un mutante”, está en graves problemas: la negación es el primer síntoma.
Y si esa fue su frase, deténgase y libérese.
Solo usted puede hacerlo porque ni la manzana, ni la pera, ni la banana se van a detener hasta conseguir sus objetivos.