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28 de marzo de 2014

MADURO, LA OEA Y EL FRACASO VENEZOLANO

MADURO, LA OEA Y EL FRACASO VENEZOLANO

     Venezuela está en crisis y al borde del caos total.
     Maduro, presidente democrático venezolano, ha demostrado que el título le queda muy grande.
     No es más que un fantoche de “fuerzas” que se aferran al poder porque desean transformarse en “divinidades”.
     Cada día que pasa la situación del pueblo venezolano se complica y Maduro demuestra que es un tipo ignorante que se agarrará al poder cueste lo que cueste, porque así lo mandó su padre putativo, otro tipo ignorante, aunque más inteligente que el hijo.
     Maduro sigue la línea de los tiranos que carecen de argumentos y de capacidad para gobernar una nación. En otras palabras, sigue la misma línea de Chávez y el grito que lo lanza a los cuatro vientos es que Venezuela es un país democrático y que las manifestaciones populares ocurren en su país porque es una conspiración internacional del capitalismo y de los enemigos de la revolución.
     ¿Y el hambre? ¿Y la violencia? ¿Y la pobreza? ¿Y la falta de seguridad? ¿Y la libertad de expresión? ¿Y la carestía? ¿Y el costo alto de la vida?
     Los problemas de Venezuela, según este individuo mediocre y ambicioso, es culpa de la oposición...
     ¡Qué gran mentira!
     Más de una década en el poder y el chavismo no reconoce su fracaso.
     Venezuela está al borde del caos y no existe la democracia porque hay un gobierno hecho de mentiras y patrañas con el único objetivo de solidificarse en el poder mientras el país se desploma.
     Y lo peor de todo es que el tiempo transcurre con el retorno de los esperpentos que tanto daño le hicieron a América Latina en el pasado.
     Las manifestaciones en las calles de Venezuela son legítimas porque una democracia no le teme a nada.
     Pero el gobierno de Venezuela es un gobierno cobarde y le teme a la verdad.
     Si Maduro fuera realmente el “humanista” que algún disparatado dijo por ahí que él es, ya habría renunciado por el bien nacional; pero no lo ha hecho ni lo hará porque prefiere ver un país destruido a reconocer su incapacidad.
    Mas, lo peor de todo es que la OEA, otro organismo que solo hace mucho ruido, le ha tapado la boca a los millones de venezolanos que este momento luchan por tener un lugar digno de vivir.
     La OEA: un sueño diplomático que, a la hora de verdad, prefiere estar ciega para no ver la pesadilla del pueblo venezolano abandonado en las manos de tiranos como Maduro, el fantasma de Chávez y otros proyectos de tiranuelos que están naciendo en América Latina.

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