VAMPIROS, TRIÁNGULOS AMOROSOS Y
OTROS DESASTRES UNIVERSALES
Qué Crepúsculo de Sthepanhie
Mayer y su secuencia es una serie de libros mediocres, no es necesario comentarlo
aquí.
Todo el mundo ya lo sabe.
Y los que no lo saben, ya es hora de que se enteren.
Pero hoy no queremos comentar sobre este libro, sino sobre la pesadilla
terrorífica con la que el mercado internacional de libros nos está bombardeando
desde hace un par de años.
La gran mayoría de libros que vemos a la venta en las librerías son
obras, inspiradas o no en Crepúsculo,
que cuentan historias de vampiros, hijos de vampiros, vampiros reprimidos,
vegetarianos, diabéticos; fantasmas, hombres lobos, espíritus perdidos, sirenas
asesinas, sirenas seductoras, ángeles sagrados y demoníacos.
La otra gran mayoría de libros son obras catastróficas, con el mundo
subyugado bajo el poder fascista de hombres crueles que se alimentan de las
desgracias de la humanidad y al que solo una joven, generalmente una chica,
dulce, ingenua, inocente, pura, casta, medio huérfana y casi perfecta, lo puede
salvar.
Parece un chiste, pero es la verdad.
Y los jóvenes adolescentes que antes consumían pornografía a escondidas,
hoy consumen como una droga estos libros que los “psicólogos baratos y
mediocres” los defienden con los argumentos más burdos como “Por lo menos están leyendo algo”; “Es una
forma de encontrarse con ello mismos”,
etc, etc, etc...
Siempre ha habido y continuará existiendo arte mediocre, populista y
consumista; después de todo, no todas las personas nacieron para ser “cult”, porque si así fuera, tendríamos
un mundo aburrido, pesado, soñoliento e insoportable.
No obstante, lo que más nos llama la atención de estos libros que se
venden a los millones, es que sus protagonistas deben tener el obligatorio “triángulo amoroso”.
Es como si se hubiera inventado una nueva ley universal que dijera más o
menos así: “Si no hay triángulo amoroso,
no hay felicidad”; “Si no hay
triángulo amoroso, no puedes descubrirte a ti mismo”.
Lo alarmante es que los jóvenes adolescentes de hoy en día leen esos
libros y están convenciéndose de que los “triángulos amorosos” son normales
para todos; estos chicos están perdiendo la oportunidad de descubrir el mundo a
partir de sus experiencias y están asimilando el comportamiento sensacionalista
con el que los editores, los agentes literarios y los autores de estos
“best-sellers” se están enriqueciendo, mientras estos párvulos empiezan a
confundir emociones y suspiros amor con triángulo amoroso.
¡Decimos un no a la censura!
No podemos censurarlos ni quemarlos ni eliminarnos de los estantes, pues
todos tienes el derecho de expresar su opinión y de escribir cualquier
porquería, como alguien puede llamarlas así a estas líneas que yo las pongo
aquí.
Mas es necesario que haya un poco más de sentido común, de
responsabilidad y una orientación en el momento de escoger lo que se lee.
Y lo mismo podemos decir de Hollywood que todos los años adapta al cine
estos libros melodramáticos y producen verdaderas tragedias cinematográficas,
buenas como antídotos para el insomnio y para las cuentas bancarias de los
productores y pésimas para quien tiene buen gusto... Aunque, ¿qué es el buen
gusto?
Me caen mal los vampiros, pero las vampiras me encantan; detesto a los
hombres lobos, pero las lobas son fascinantes; odio a los ángeles, y no creo en
angelitas... Pero lo que sí no soporto son los triángulos amorosos. Eso ya está
demasiado trillado.
10 – 04 – 2014.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario